Por Eduardo Farías Ascencio
Bitácora del otro mar (Editorial Pfeiffer, Santiago, 2012) de Pedro Ignacio Vicuña es una antología que recoge, selecciona y muestra la escritura poética de este actor y poeta. Esta bitácora es el libro en que se apunta, por una parte, el rumbo del viaje físico entre Chile y Grecia1, de sus accidentes y cavilaciones y, por otra, el viaje del autor por la poesía que ya ha durado 40 años. En su escritura resaltan el tema del amor, el mar y la alteración visual del orden de los versos en la página. Además, esta antología nos muestra que la escritura de este poeta está construida por cavilaciones, certezas, imágenes poéticas y palabras para un otro. Todos estos matices comunicativos asumen métricamente el verso libre y cuando se mezclan en el poema su poesía se eleva.
Su trabajo poético comienza con Fataj (Ediciones Diogenis, 1979), donde el autor construye un personaje que posee el mismo nombre del poemario. En el siguiente libro, Estatuto del amor (Ediciones Cochlias, Chipre, 1980) se manifiestan cavilaciones como la referente al lugar de origen: “¿De dónde vengo? / Hay veces que desciendo al agua con esta insípida pregunta / arremolinándose quejumbrosa en mi lengua, / hay veces que mi turbada memoria / hace emerger mástiles de lo profundo y campanas de / naufragio” (p. 37). También hay certezas que el hablante tiene respecto de sí mismo: “Te decía que el rio [sic] de mi sangre es infinito” (p. 35). Así, lo dicho por el hablante se define como un discurso interior.
Además, a través de su discurso muestra la presencia de otro en un diálogo que está cargado tanto de erotismo sexual: “Sucede que me lanzo a rodar por tu cintura / que me extiendo por tu espalda y por tus muslos / y no sé más que andar así, como barco a la deriva, / aferrado a la luna de tu alta marea.”(p. 33) y de erotismo sensual: “Dios te salve, amor mío / el misterio del mundo es contigo, / amada, perfecta mía (…) Bendita seas entre todas las olas / bendita entre todas las espumas” (p. 34). La mujer es tanto un objeto de deseo sexual como de perfección, dos aspectos que configuran el tema del amor que recorre la obra de Pedro Vicuña.
Este viaje continúa en Famagusta2 (SECH, Santiago, 2000). La presencia de ella y del mar continúa: “Oyes el mar (¿oyes acaso el mar?) que penetra tus cavilaciones más secretas” (p. 64) o “Nada como su cuerpo oceánico y profundo” (p. 70) pero esta relación temática se profundiza a lo largo del poemario por diversos caminos, por ejemplo: “Se quiebra el mar sobre tu pecho” (p. 77). La relación entre el hablante y la mujer también se ahonda. A diferencia de Estatuto del amor, en Famagusta la mujer entra activamente en el hombre: “¡Cómo me habitas! tu aliento todo se dibuja en la galaxia de mis sueños (…) tu voz que agita mi voz tu serena piel estriándome la sangre.” (p. 81) En este poemario, mientras los temas se mantienen, el orden de los versos muta hacia los lados con saltos en blanco y de los signos de puntuación sólo utiliza el punto. Fataj (Ediciones Diogenis, Atenas, 1979) y Notas de viaje (Ediciones Documentas, Santiago, 1998) son poemarios de Vicuña que van por otro camino y demuestran una búsqueda y escritura poética mucho mayor.
Otro aspecto que resalta en esta antología es la vinculación del autor con la palabra, pues en Fataj indica que ella es su “única verdadera compañera” (p. 15), esta relación está más vinculada con la creación que con la representación porque, en primer lugar, indica que “sin nombre, sin reconocer nada de lo que me rodeaba y sentí la fuerza de la creación, de la creación que sentía nacía de mis manos” (p. 15) y, en segundo, en su Arte poética dice: “sé que las cosas no tienen nombre / sino un sonido oculto / como la piedra recién nacida.” (p. 89) Desde esta vinculación podemos comprender la escritura de Pedro Vicuña ya que configura su perspectiva poética sobre la escritura y el lenguaje.
Por último, el diseño de portada de Felipe Cabrera es notable tanto en la configuración de este celeste mar, del título continuo y repetido, como de las olas con el brillo que entrega el lacado en la cubierta. La diagramación hecha por el mismo autor presenta un solo detalle: las páginas donde no existe contenido no debieran estar numeradas. Este detalle se percibe como un descuido en la edición que no afecta, necesariamente, el valor de este libro de Pedro Vicuña, una voz poética presente en nuestra tradición y que los lectores de poesía chilena sabrán apreciar.
Pedro Vicuña
Bitácora de otro mar
Editorial Pfeiffer, 2012
* EduardoFarías Ascencio (Santiago, 1985) es Licenciado en Letras Hispánicas PUC y candidato al grado de Magíster en Edición por la Universidad Diego Portales/Pompeu Fabra. Ha publicado poemas y críticas en diversos medios. Se ha desempeñado también como editor en la Revista Grifo.
Notas
1 Este poeta nace en Chile y luego es becado por el gobierno de Grecia. Estudia Teatro en la Escuela de Arte Dramático del Teatro Nacional de Atenas. En esta ciudad conoce al poeta Odysseas Elytis.
2 Este libro es publicado por la Sociedad de Escritores de Chile tras haber ganado en 1999 su Premio Alerce de Poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario