52 Bergk
Se ha ocultado ya la luna
y las Pléyades también; está
la noche mediando, la hora pasa y pasa
y yo estoy acostada, sola.
Traducción: Pedro Ignacio Vicuña
FRAGMENTO 6
unos dicen que un ejército a caballo; otros, que de infanteríay otros que de naves, es lo más bello que hay sobre la negra tierra;yo, en cambio,digo que lo más bello es aquello que uno ama.Y qué fácil es que todoslo comprendan, porque la más bellaentre todos los humanos, Helena,abandonó a su hombre, el más sobresaliente,y partió a Troya en una nave,sin siquiera acordarse de sus padresni de su hija, arrebatada porla Cipria Afrodita………………Eso me hace recordar a mi Anactoria ausenteQuisiera ver su paso amable,el luminoso brillo de su rostroen vez de ver los carros lidiosy los soldados cubiertos de armas.
Traducción: Pedro Ignacio Vicuña
1
Afrodita Inmortal de luminoso trono,hija de Zeus, mañera, te suplico:no sometas mi corazónseñora, a tormentos ni penassólo ven, si en otros tiemposoyendo mi voz a la distancia me escuchastey viniste dejando la doradacasa de tu padreuncido el carro; te guiaban hermososlos ágiles gorriones por encima de la tierra oscurabatiendo sus tupidas alas, desde el cieloatravesando el éter;y en seguida llegaste, bienaventurada,sonriendo con tu rostro inmortal;preguntaste por qué de nuevo estoy sufriendo,por qué otra vez te llamo,qué quiero, sobre todo, para mi enloquecidocorazón; ¿a quién debo ahora persuadiry conducir hacia tu amor?, ¿quién es,Safo, el que te hace daño?porque si acaso hoy huye, pronto perseguirá;si no acepta regalos, a cambio los dará;y si no ama, ya pronto habrá de amaraunque no quiera.Ven a mí también ahora y libéramede las duras congojas; lo quemi corazón desea, cumple; se mi aliada,tú, junto a mí.
31
Ese me parece igual a un
dios,
ese hombre sentado frente a ti
que de cerca, mientras hablas
con
dulzura,
escucha
y también mientras ríes deseosa; eso
hizo saltar mi corazón dentro del pecho;
porque si te miro a ti un
instante,
no me es posible hablar
mi lengua se hace trizas en
silencio, un fuego
sutil me corre por debajo de la
piel,
con los ojos nada veo, me zumban
los oídos,
me recorre un sudor frío y un
temblor
me atrapa entera, y estoy más
verde que la hierba
y me parece ya
que necesito morir.
[1] Este verso no
necesariamente corresponde al poema, aunque muchos autores lo incorporan y
agregan la frase que está entre corchetes
28
Te suplico Gónguila,
ven cubierta
en ese manto blanco como leche,
haz que venga otra vez el
deseo
que te envuelve;
Bella, esas
ropas turban a los que las ven
y yo me alegro; porque la
misma Cipria[1]
te desea, la diosa que yo llamo
en mis plegarias.
[1] Cipria.
Se le da este nombre a Afrodita, especialmente cuando se la invoca en poesía,
dado que el mito la hace nacer de la espuma del mar (producida por los
mutilados órganos de Cronos), en la costa de la ciudad chipriota de Pafos. (N.
del T.)
Como la manzana dulce que se vuelve roja allá en la altura,
en el extremo más alto de la rama,
la que fue olvidada al cosechar;
no es verdad que la olvidaran, es que no pudieron alcanzarla
30
como una flor de oro tiene su figura
la niña que yo tengo, mi Cleide amada,
y no la cambiaría
ni por toda Lidia
ni por la famosa Lesbos.
6 (94 L-P)
en verdad, quiero, estar muerta;
se fue llorando amargas lágrimas
diciendo:
“cuántos sufrimientos nos aquejan
Safo; juro que dejarte me atormenta”
“vete en paz”, le respondí, “y acuérdate
de mí, ya sabes cómo te he mimado”
y si es que acaso lo olvidaste
te puedo recordar cuánto gozamos juntas
A mi lado muchas coronas
de rosas y violetas te ceñiste al cuerpo
y alrededor de tu suave cuello
cuántas coronas de rosas y violetas,
cómo bañabas tu cuerpo perfumándolo
con abundante y regio bálsamo
y cómo reclinada en blandas camas
saciabas los punzantes deseos de las mozas
y no había lugar sagrado
del que estuviéramos ausentes
ni arboleda…
Traducción: Pedro Ignacio Vicuña
55
………Sardes
Pero puesto aquí su pensamiento
……………………………….
… a ti como a una diosa aparecida
Y con tu canto sobre todo gozaba;
Pero ahora entre las mujeres Lidias se destaca,
Como la rosada luna al ocaso del sol,
que a todas las estrellas sobrepasa y
en derredor su luz derrama
sobre el salado mar y la florida tierra,
y es bello el rocío vertido
y se abren las rosas y la milenrama
y el trébol florecido.
Y recordando a la dulce Atis
Se atormenta, la pasión carcome su
Alma fina y su corazón
Y nos llama a gritos que acudamos
Mas la noche guardiana no deja
Su voz pasar sobre el mar.
69
Tienes cuerpo saleroso, ojos brunos
y se derrama Eros por tu bella cara;
en ti puso Afrodita lo mejor
85
Eros, ese que desarma, me estremece,
reptil inmóvil de dulce y agraz, Attis
pero tú ya me dejas
vas volando hacia Andromeda.
133
Oh, hermosa, oh dulce, contigo juegan
las Gracias de rosados tobillos
y la dorada Afrodita
Fragmentos 174, 175, 176, 177, 178, 179, 180
más blanca que la leche
más suave que el agua
más melodiosa que la lira
más airosa que corcel
más tierna que una rosa
más dócil que delgado velo
más valiosa que el oro
Traducción: Pedro Ignacio Vicuña
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